Deuda Cero la solucion a su problema financiero

¿Queremos que la esclavitud financiera sea cosa del pasado?

Algunas cosas han cambiado, pero la esclavitud financiera sigue presente

A lo largo de la Historia de la Humanidad siempre ha existido la esclavitud. Una parte de esa misma Humanidad ha sido explotada en condiciones infrahumanas para obtener la mano de obra más barata que existe. Una de las ganancias mayores de los pueblos conquistadores era la conversión del pueblo conquistado en una fuente nueva de esclavos.

Algunas cosas han cambiado, pero la esclavitud sigue presente. Es posible que ahora la esclavización no tenga que ver con procesos donde se utilice la violencia física para atrapar y reducir con cadenas; por el contrario, en estos tiempos los futuros esclavos acuden mansamente al reclamo del crédito para que los sometan con una nueva forma de atadura: LAS DEUDAS.

La mezcla entre las ofertas de facilidades crediticias por parte del mercado y la falta de experiencia de manejo financiero por parte del futuro deudor para controlar sus compras conduce inevitablemente a que este último contraiga DEUDAS. Estas deudas vienen asociadas según contrato a un interés anual, mensual o diario. El deudor, preocupado más por lo que va a adquirir que por lo que signifique eso en su futuro, acepta las condiciones y más pronto que tarde en la mayoría de los casos se encuentra ante una deuda que ha ido creciendo y a la que no puede hacer frente.

Las angustias y las pesadillas de cada noche de un deudor así, equivalen a los latigazos que los antiguos esclavos recibían de sus amos cuando el cansancio o el desmayo no les permitían seguir cargando piedras.

Para librarse de esa esclavitud solo existe un camino: librarse de la deuda.

Pero cuidado: si no tienes claro lo que debes hacer después de cancelar tu deuda, es posible que la libertad no dure mucho y que tu esclavitud no se haya quedado en el pasado. Seguramente volverá y será aún mucho más fuerte.

Ten en cuenta al librarte de tus deudas:

1.- Proponte NO CONTRAER nuevas deudas

Endeudarse es un mal hábito y solo se puede erradicar dejando de practicarlo

2.- No contraigas nuevas deudas ni siquiera para pagar las anteriores

Si te liberas de la deuda actual solo para endeudarte más estás multiplicando el problema

3.- Prepara un plan de pago ventajoso y cúmplelo por encima de todo:

Trata de destinar los mayores pagos posibles a cancelar tu deuda para eliminarla en el menor tiempo posible. Muchas entidades pueden beneficiar con reducción y condonación a quienes demuestran una mayor voluntad de pago. Si no te sientes en capacidad de preparar un plan de pagos real no temas en acudir a expertos ampliamente reconocidos quienes te ayudaran a elaborar, administrar y hasta negociar con los acreedores tal como lo hace el PROGRAMA DEUDA CERO.

4.- No pierdas el rumbo si te llegan recursos extras.

Cualquier ingreso extra debe ser destinado preferentemente a la cancelación de la deuda. Recuerda que solo dejarás de ser esclavo cuando no tengas deudas.

5.- Cumple rigurosamente con los puntos anteriores.

No solo obtendrás el beneficio de liberarte de la deuda, tu autoconfianza aumentará y obtendrás mayor capacidad para realizar tus sueños

ESTO ES LO QUE DIFERENCIA A UN ESCLAVO DE UN HOMBRE LIBRE.

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Redes de deudas que pescan ahorros

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Estar en la vanguardia de la Tecnología celular… ¿Lujo o Necesidad?

Tres preguntas y un consejo (Celular)

La diferencia entre un gasto superfluo y otro que no lo es la determina la necesidad que tenemos de conseguir lo que ese gasto representa. Por lo tanto, definir el grado de necesidad que tenemos de algo nos ayudará a optar por pagar o no. Pero, si optamos por pagar por algo que resulte superfluo para nosotros, estamos atentando contra nuestra capacidad de ahorro o generando deudas innecesarias. Como las que podemos tener por adquirir siempre el último celular.

En 1983 se lanzó el primer modelo comercial de teléfono móvil en el mundo: el Motorola DynaTAC 8000X. Pesaba unas dos libras y sus medidas eran de 1,5×1,8×3,5 “. Su batería alcanzaba sólo para 1/2 hora de conversación, y la recarga duraba unas 10 horas. Sólo servía para hacer llamadas telefónicas y, a pesar de todas esas limitaciones, su precio era de unos 4.000 US$.

Ahora, prácticamente todos los teléfonos incorporan una cámara digital para hacer fotos, grabar vídeos o hacer videollamadas. Después de la mensajería SMS o MMS, nos ha llegado el correo electrónico y la navegación web en el móvil. Por otra parte, especialmente dirigidos al entorno laboral, los terminales ‘Smartphone’ han incorporado las aplicaciones que tradicionalmente se desarrollaban para las PDA. Muchos de los últimos modelos incorporan radio FM, reproductor MP3, e incluso un sintonizador de televisión (DVB-H o similar). La necesidad de disponer de mayor capacidad de almacenamiento para las aplicaciones y música/fotos/vídeos en el móvil ha motivado la incorporación de lectores de tarjetas (miniSD, microSD, etc.).

La velocidad con la que se añaden adelantos a los nuevos celulares es tan alta que mantenerse al día de los avances tecnológicos en esta área resulta una carrera entre el comprador y los productores.

Para saber si un gasto es superfluo o no en estos productos, el usuario debe hacerse varias preguntas críticas, entre ellas:

1.- ¿Necesito realmente disponer de todos los avances que me ofrece el producto?

Por supuesto que el grado de necesidad puede ser muy subjetivo, pero conviene ser objetivo y evaluar lo que el equipo va a hacer por mi bienestar frente a lo que va a significar el gasto, tanto ahora como en el mediano plazo.

2.- ¿En qué medida el nuevo equipo puede convertirse en un elemento que mejore mi productividad?

Este es un buen criterio. Si la respuesta es claramente positiva, entonces el gasto puede convertirse en una inversión que después signifique un ahorro real.

3.- ¿Estoy dispuesto a “sacarle el máximo provecho” al equipo?

Adquirir un equipo sin estar dispuesto a dedicarle el tiempo necesario para aprender a utilizar todas sus funciones es tan inútil como comprar un automóvil solo para escuchar la radio. En este caso sería preferible comprar un radio.

Si no se tienen las respuestas claras y todavía el equilibrio entre los pro y los contra no está definido, entonces es bueno hacer caso de un consejo:

PERMÍTASE UN TIEMPO DE 24 HORAS PARA PENSAR, SEGURAMENTE MAÑANA LO VERÁ MÁS CLARO Y NO GASTARÁ EN EQUIPOS SUPERFLUOS SINO EN EQUIPOS NECESARIOS.

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