Futuro Sin Deudas, La Meta

Como nos acaba de demostrar la experiencia, el futuro es algo sobre lo que tenemos un control limitado. Existen imprevistos, fuera de nuestro alcance, que pueden alterar drásticamente nuestras vidas. A pesar de eso, lo que sí podemos hacer es prepararnos para los momentos difíciles, sean cuales sean las causas que los provoquen. Una de las áreas en las que desde ya podemos tomar precauciones, es el área financiera.

En el año 2021, los americanos han destinado en promedio el 9% de sus ingresos a cancelar deudas. Si tomamos en cuenta que las recomendaciones para una economía sana son las de destinar el 40% de los ingresos a la vivienda y el 20% al ahorro, entonces al dedicar casi un 10% al pago de deudas hace que apenas quede un 30% para el funcionamiento general del hogar. Dado que esta cantidad puede resultar insuficiente entonces será necesario encontrar recursos por otras vías.

Una de esas vías es la de reducir o incluso eliminar el porcentaje de ahorro con lo cual nuestra vulnerabilidad ante un imprevisto será muy grande y cualquier emergencia nos obligará a endeudarnos en las peores condiciones posibles. Y la otra vía es la de acudir al crédito lo que, a mediano plazo, se traducirá en mayor cuota a destinar para el pago de la deuda, a pedir más préstamos y al momento inevitable en el que el mecanismo se bloquée porque no podremos obtener más créditos debido a nuestro bajo índice de confianza.

Si queremos que la posibilidad de un futuro sin deudas sea algo más que una frase, es necesario tomar medidas.

Y para comenzar, debemos establecer si ya nos encontramos en una situación crediticia comprometida que periódicamente nos exija volver a endeudarnos. Si esto es así necesitamos primero hacer un análisis de nuestros ingresos y de nuestros gastos para buscar la manera de aumentar aquellos y de reducir estos. En segundo lugar, debemos “estabilizar” las deudas ya contraídas bien sea por la vía del refinanciamiento o la negociación que nos aseguren un plan de pago acorde con nuestras posibilidades. Es en esto en lo que DEUDA CERO ofrece todas las soluciones posibles para equilibrar su economía y entonces enfrentar la siguiente etapa.

Pasada esa primera fase, hay que incrementar la vigilancia sobre ciertos comportamientos económicos para asegurarnos de que la situación no se desestabilice de nuevo y vaya acercándose poco a poco a ese horizonte sin deudas al que debemos aspirar. Para ello es conveniente prestar atención a algunos puntos:

  1. Buscar préstamos para emprendimientos que aumenten nuestro patrimonio.
  2. Buscar préstamos para iniciar negocios siempre que se cuente con un plan de rentabilidad confiable.
  3. Invertir en activos que aumenten su valor.
  4. Sólo comprometerse con nuevas hipotecas si las cuotas son asequibles y no desestabilizan el equilibrio que hayamos alcanzado.
  5. Discriminar el uso de las TC para saber cuándo es más conveniente. utilizarlas o preferir préstamos que suelen tener intereses más bajos.
  6. Buscar y utilizar los productos financieros del mercado que nos ofrecen mejores condiciones.
  7. Empeñarse en disminuir el saldo de nuestras deudas mes a mes, aunque sea en un porcentaje mínimo.

Mantener nuestro crédito saludable depende en gran parte de manejar nuestras deudas con inteligencia lo que equivale a controlar, en parte, nuestro futuro.

Cuidado con el Vigilante

Usted puede ser uno de los 200 millones de norteamericanos cuyos datos reposan en alguna compañía de informe de crédito. La exactitud de esos datos y su correcta interpretación es vital para acceder a servicios financieros que le permitan obtener créditos a un costo más bajo para abrirse nuevas posibilidades laborales, convertirse en emprendedor, acceder a una vivienda o a servicios médicos o educativos indispensables.

LA INEXACTITUD DE SUS DATOS EN PODER DE LAS COMPAÑÍAS DE INFORMES DE CRÉDITO PUEDE HACER SU VIDA MUCHO MÁS DIFÍCIL.

De ahí la necesidad de que usted revise constantemente sus datos y los confronte con los que posee la agencia para buscar que estos reflejen su realidad. De no ser así, debe proceder de inmediato a interponer una queja para que el error se repare.

Pero surge un problema que cada vez adquiere mayor envergadura.

Estas compañías son supervisadas por la CFBP (Agencia de Protección Financiera del Consumidor) y las alarmas saltaron cuando en su último informe, la CFBP señala que las tres grandes compañías: Equifax, Experian y TransUnion apenas brindaban soluciones concretas al 2% de las quejas presentadas el pasado año.

De las 700.000 quejas que la CFBP recibió entre Enero del 2020 y Septiembre del 2021, más de la mitad se refieren a las tres agencia mencionadas y fundamentalmente tienen que ver con datos inexactos, errores de identidad o fallas en el procesamiento de estos.

Las compañías están obligadas, según la Ley de Informes de Crédito Justos (FCRA) a realizar una revisión de las quejas que se les envían e informar a la CFPB cuando los consumidores se quejan de información incompleta o inexacta y ya hayan intentado previamente solucionar el problema con una de las compañías. Sin embargo, las compañías señaladas no proporcionaron respuestas sustantivas, especialmente si las quejas eran presentadas por terceros, a pesar de que es una práctica aceptada.

Las irregularidades más comunes son las de prometer respuestas concretas que nunca se producen, así como tampoco se eleva el informe correspondiente a la CFBP.

Los consumidores se quejan, por una parte, de las inexactitudes que encuentran en sus informes, pero también se quejan de la falta de atención necesaria para resolverlos. Las respuestas automatizadas, muy utilizadas por las compañías no permiten muchas veces exponer los casos, que pueden ser muy complejos, de manera personalizada. De la misma manera se hace evidente para los consumidores la diferencia de trato cuando la queja es presentada por un tercero.

La CFBP por su parte cuestiona el no recibir la información que están obligadas las compañías a entregar.

Las compañías enfrentan así un doble frente: los consumidores por un lado y la CFBP por el otro. Es decir, están en la mira de aquellos a los que deben vigilar y de aquel que los vigila a ellas.

¿Por qué se ha llegado a este punto?

Según el director de CFBP, Rohit Chopra “El oligopolio de informes de crédito de Estados Unidos tiene pocos incentivos para tratar a los consumidores de manera justa cuando sus informes de crédito tienen errores”.

El crecimiento de cuestionamientos tan graves como el anterior, hace suponer que es necesario un cambio de perspectiva para atacar un problema que atenta contra uno de los valores de la nación: La Justicia.

Síntomas de la Esclavitud

No, no estamos hablando de la esclavitud que dejaba marcas en las espaldas y los tobillos de los esclavos. La moderna esclavitud, la del dinero, tiene a veces la capacidad de no ser percibida como tal por el que la sufre.

SE PUEDE SER ESCLAVO DEL DINERO SIN SABERLO

Evidentemente es más grave una enfermedad cuando sus síntomas no se detectan. En estos casos la enfermedad sigue progresando hasta que ya puede ser demasiado tarde.

Por eso proponemos una serie de conductas que son indicativas de la esclavitud del dinero. Lo mejor de todo es que usted puede hacer el análisis sin ayuda, simplemente analice los siguientes comportamientos y si los reconoce, usted es un esclavo y tiene que buscar como dejar de serlo.

  • ¿Vive preocupado por el dinero?

Revise si lo primero que hace al entrar a un restaurant es ver los precios o las etiquetas de la ropa. ¿Se despierta angustiado por las noches por sus deudas?

  • ¿Sabe a ciencia cierta cuánto debe?

El desconocer el monto de su deuda generalmente significa que no quiere reconocerla, que no le quiere dar existencia real

  • ¿Trabaja horas extras o toma un segundo trabajo para pagar facturas o cancelar deudas?

Es posible que esto le haya ocurrido por un cambio inesperado en sus ingresos o por gastos extraordinarios, pero si ha caído en esta necesidad sin darse cuenta es porque no puso suficiente atención al balance entre ingresos y egresos

  • ¿Tiene un presupuesto claro?

Es mucho más probable que quien no se maneje con un presupuesto sea incapaz de ordenar sus finanzas

  • ¿Contrae deudas con familiares y amigos sin saber exactamente cómo las va a pagar?

La creencia de que las deudas con familiares y amigos se pueden pagar o no es una excusa para no hacerse responsable de las mismas.

  • ¿Conoce el interés real que está pagando por sus préstamos?

Desconocer esa cifra nos hace creer que el préstamo es gratuito y eso no existe.

  • ¿Trabaja en algo que no les gusta demasiado y usa excusas para justificar su situación y calificarla como algo temporal?

Puede ser que la calificación de “temporal” nos haga percibir la situación como algo que va a pasar tarde o temprano, obligatoriamente. Esto también es un mito

En realidad, las respuestas a estas preguntas implican cuan cerca o lejos estamos de la REALIDAD de nuestra situación y mientras más lejos estemos seremos más propensos a la esclavitud del dinero.

La Deuda Dentro De Ti

Un hábito es una característica que adquirimos cuando repetimos un comportamiento.

Existen hábitos beneficiosos como puede ser el de lavarse los dientes después de cada comida y hábitos perjudiciales como el de fumar. Pero sea como sea su calificación todo hábito sigue un ciclo:

1. Se hace algo por primera vez y para nosotros ese momento es el de un descubrimiento porque entramos en un territorio desconocido.

2. Existen dos opciones después: no repetir la experiencia o repetirla

3. Si esa repetición es tan frecuente hasta llegar al momento en que ya ni nos damos cuenta de que lo hacemos, hemos creado un hábito

Endeudarse, para algunas personas, se convierte en un hábito y desde luego que no es uno saludable sino uno que les hace vivir en la angustia, el insomnio y con una salud que se deteriora rápidamente.

Ese hábito comenzó cuando un pensamiento suyo les hizo creer que LOS PAGOS A PLAZO NO SE SIENTEN.

Esta idea, surgida de nuestra imaginación, era mucho más agradable que la idea real de que TODO HAY QUE PAGARLO.

Y así, nuestra mentalidad hipnotizada por un espejismo nos llevó a asumir una primera deuda. Estábamos, sin darnos cuenta, dando el primer paso para adquirir el hábito del endeudamiento.

CÓMO COMENZÓ SEBASTIÁN

Sebastián quería cambiar su auto. Se imaginaba a sí mismo al volante de un auto que no podía adquirir simplemente vendiendo el suyo y usando los cortos ahorros que tenía. Si hacía esto último cambiaría de auto, pero por uno más sencillo que el que imaginaba.

….Y descubrió el crédito automotriz

CÓMO COMENZÓ SANDRA

Sandra es una mujer con afición a la cocina. Cuando veía los programas de cocina en la TV, se imaginaba a ella misma disponiendo de todos los equipos e instrumentos que los chef mostraban en pantalla. ¿Por qué no tener ese exprimidor de diseño italiano en vez de su sencillo extractor de jugo?

…Y descubrió la tarjeta de crédito

Después pasó el tiempo

LO QUE HOY DICE SEBASTIÁN

“Estoy convencido de que nunca podré salir de mis deudas. Cuando el crédito del automóvil se hizo difícil de pagar, recurrí a refinanciamientos y hoy vivo en un laberinto perseguido por los acreedores”

LO QUE HOY DICE SANDRA

“Comencé comprando pequeñas cosas, convencida de que pagarías las cuotas sin darme cuenta, pero era tan sencillo hacer mío todo lo que se me antojaba que ahora tengo una enorme cantidad de pagos pequeños que no sé cómo podré enfrentar”

Tanto Sebastián como Sandra pasaron de probar el sabor de la primera deuda a convertir la deuda en un hábito que adquirieron sin darse cuenta.

Existen claves para poder vivir sin deudas: elaboración de presupuestos, establecer cuáles son nuestras verdaderas necesidades, llevar un estricto control de gastos, planificar, ahorrar, etc. Pero la condición indispensable para vivir sin depender de las deudas es cambiar nuestro paradigma mental según el cual las cosas resultan como las imaginamos y no como dice la realidad que deben resultar.

Espejismos Peligrosos

Bajo un sol que cae a plomo derretido sobre su espalda, el hombre se arrastra sobre la arena. Sobre su rastro se puede encontrar el momento justo en que su camello decidió seguir por otro camino y abandonar a su dueño. “Estúpido camello” piensa el hombre mientras se acerca cada vez más al verdor que le promete abundante agua unos cientos de metros más adelante. Cuando al fin llega a lo que parecía un oasis, el hombre solo encuentra arena recalentada y se da cuenta de que el camello sabía muy bien los engaños que un espejismo le causa a los hombres y por eso decidió buscar por su propia cuenta sin hacerle caso al estúpido que siempre le había tratado mal.

Ciertamente hoy en día no se circula por el desierto en camellos sino en confortables 4X4 y si alguien cree divisar un oasis, envía primero un dron para asegurarse de que no se trate de un espejismo dispuesto para jugarles una mala pasada.

Sin embargo, los espejismos siguen existiendo. Y no solo en el desierto sino aquí, muy cerca de nosotros. En vez de ofrecernos agua y sombra, nos ofrecen una vida feliz en cómodas cuotas, ten cómodas que llegamos a creer que no existen.

Desde la oferta de millones de productos, algunos necesarios pero la mayoría inútiles, hasta las facilidades de financiamiento y la multiplicación de instrumentos de crédito; todo contribuye a que estés pagando y endeudándote “sin darte cuenta”.

El consumidor que se descuida olvida que ninguno de los créditos que firma o los montos de deuda que asume sin anotar se traducirán en montos que se irán acumulando hasta que en su espalda le crezca una joroba de deudas muy parecida a la de los camellos.

Pero, mientras tanto, el espejismo le convence de que todo estará perfectamente bien y que, si sigue por el camino por el que va, pronto tendrá dátiles frescos y agua en abundancia (le prometerá cualquier cosa para que siga endeudándose).

Sin embargo, tal y como le ocurrió al hombre del cuento en el inicio, llegará el día que el espejismo desaparece y el hombre estrujará entre sus dedos, no arena, sino montones de cuentas por pagar.

ESE ES EL MOMENTO PARA QUE, QUIENES SABEN DE LOS PELIGROS DE LOS ESPEJISMOS LLEGUEN CON UNA CANTIMPLORA DE AYUDA Y DEN DE BEBER AL SEDIENTO DE SOLUCIONES LA OPORTUNIDAD DE SOBREVIVIR A SU DESCUIDO

ESO ES LO QUE HACEMOS EN DEUDA CERO

TE PODEMOS COLOCAR FRENTE A UNA DE DEUDA MANEJABLE PARA QUE PUEDAS REORGANIZAR UN PRESUPUESTO NORMAL.

DEUDA CERO TE AYUDA A SOBREVIVIR AL ESPEJISMO QUE TE ENGAÑÓ Y TE INSTRUYE PARA QUE NO TE PASE EN EL FUTURO.

¿Plomo En El Salvavidas?

La utilización del crédito supone, en muchos casos, la solución a problemas económicos puntuales o la satisfacción de algunos de nuestros deseos o necesidades. Pero para que ese recurso nos resulte verdaderamente útil, debemos saber cuidar nuestro reporte crediticio, pues de lo contrario las posibles fuentes de crédito nos cerrarán las puertas y nuestros planes se hundirán más rápido que el Titanic.

Existen muchas recomendaciones acerca de cómo mantener nuestro reporte crediticio en condiciones saludables, pero de lo que vamos a hablar hoy es de algunas falsas creencias tejidas alrededor de la figura del reporte crediticio que nos pueden confundir y hacer creer que estamos cuidando un indicador cuando en realidad lo estamos dañando. Es decir, estamos rellenando el salvavidas con plomo del bueno.

EL REPORTE CREDITICIO MIDE NUESTRO COMPORTAMIENTO CON RESPECTO A NUESTRO ENDEUDAMIENTO Y LA SOLVENCIA QUE TENEMOS AL ENFRENTARLO… NADA MÁS.

Por lo tanto:

1. ES FALSO QUE MIENTRAS MAYOR SEA MI BALANCE, MEJORA MI ÍNDICE CREDITICIO.

Porque las cifras que reflejen mis finanzas sean mayores, no significa que mi índice mejore. Paradójicamente puede resultar contraproducente si, a pesar de esas cifras altas, no cuido mi nivel de endeudamiento ni cumplo con mis pagos.

2. ES FALSO QUE, SI MIS INGRESOS AUMENTAN, MI ÍNDICE MEJORA.

Igual que en el caso anterior, el índice no toma en cuenta los ingresos. El monto de los ingresos afectará la posibilidad de cancelar un crédito y desde luego el otorgante lo toma en cuenta, pero esa consideración una más además del índice crediticio del cliente.

3. ES FALSO QUE MI ÍNDICE DESCIENDA SI LO CHEQUEO FRECUENTEMENTE O SI BUSCO MUCHAS OPCIONES DE FINANCIAMIENTO.

Al contrario, ambos comportamientos indican preocupación por conseguir información pertinente al estado actual de mi crédito y lograr las mejores condiciones para próximos endeudamientos.

4. ES FALSO QUE LA UTILIZACIÓN DE TARJETAS DE DÉBITO, LA APLICACIÓN A MUCHAS TARJETAS DE CRÉDITO O MANTENER UNA TARJETA DE CRÉDITO SIN USAR MEJORE MI ÍNDICE CREDITICIO.

El índice mide el comportamiento de pago de los créditos. Una tarjeta de débito no implica crédito y tener muchas tarjetas de crédito o mantener sin uso una de ellas tampoco mide el comportamiento del deudor. El índice se afectará después de obtener el crédito y dependerá de si se honra o no.

5. ES FALSO QUE EL MATRIMONIO CONSOLIDE LOS INDICES CREDITICIOS DE LOS CONTRAYENTES.

El índice crediticio es un indicador INDIVIDUAL. En el caso de que los esposos decidan abrir cuentas conjuntas, los resultados del manejo de esas cuentas afectarán a cada uno de ellos, pero nunca habrá un “índice crediticio de la pareja”.

6. ES FALSO QUE, AL SOLICITAR PRÉSTAMO, EL ÍNDICE SE AFECTE DE MANERA DEFINITIVA.

Por supuesto que, si el solicitante de un préstamo tiene un historial de pagos escaso, el índice abre un compás de espera de unos meses para observar el comportamiento de pagos para el préstamo y ese comportamiento es el que se reflejará en el índice que puede aumentar o disminuir dependiendo de la solvencia de los pagos.

7. ES FALSO QUE CANCELAR UN CRÉDITO AUTOMOTOR DE MANERA TOTAL MEJORE MI ÍNDICE CREDITICIO.

La lógica de lo anterior tiene que ver con que nuevamente lo que el índice mide es el comportamiento ante el crédito. Si un crédito es cancelado no hay nada que observar y el índice, lejos de mejorar se puede estancar hasta que aparezca otro crédito que se pueda monitorear.

8. ES FALSO QUE EL ÍNDICE CREDITICIO SEA SOLO UNA CUESTIÓN DE IMAGEN.

El índice crediticio es un número que tiene la clave para abrir las puertas a nuevos créditos y a los beneficios que estos puedan traernos. No se trata de una prenda de ropa para lucir, se trata de una herramienta que cuidar.

Revisar frecuentemente la veracidad o falsedad de nuestras creencias es un ejercicio saludable en todas las áreas, incluida la de las finanzas personales.

Cuando necesitemos un salvavidas, asegurémonos de no aferrarnos al de plomo.

Es posible ahorrar gastando más

Una oportunidad momentánea y asociada a un precio más bajo

En el sentido más inmediato, el ahorro se percibe como una oportunidad momentánea y asociada a un precio más bajo. Pero, aunque parezca una paradoja, no siempre gastar menos significará que se aumenta la capacidad de ahorro. A continuación, presentamos algunos ejemplos que desmienten lo anterior:

1 – EQUIPOS AHORRADORES DE AGUA:

Hoy en día, las griferías para baño y cocina se presentan con enorme variedad de costos. El optar por las soluciones más baratas no tiene que ser una buena opción, sobre todo si el uso que se les va a dar corresponde a una vivienda de uso familiar normal y no una casa ocasional que se ocupa por cortos períodos de tiempo.

Se deben tomar en cuenta varios factores:

1. El equipo más económico tendrá, por lógica, una mayor posibilidad de dañarse y su reparación, en algunos casos, será imposible haciéndose necesaria una sustitución.

2. Los equipos más costosos poseen mecanismos ahorradores de agua sin perder sensación de confort ni eficiencia en el uso de esta. Se ha comprobado una reducción en el consumo de agua entre el 30 y el 45% usando este tipo de equipo.

3. Los equipos de WC más costosos, por ejemplo, vienen con la posibilidad de dos tipos de descarga de acuerdo con su uso y eso también se refleja en un menor consumo.

Por lo tanto, gastar más en griferías puede significar, a la larga, un ahorro significativo en el consumo de agua.

2 – BOMBILLOS LED:

Los bombillos LED suelen ser 30 veces más costosos que los incandescentes, pero consumen 85% menos de electricidad y duran un promedio de 15 años. Esta es otra posibilidad de ahorrar en consumo y recambio de bombillos más de lo que se gastó al comprarlos.

3 – COMPRAR EMPAQUES GRANDES PARA GRANDES FAMILIAS:

Existen cadenas de supermercados especializadas en vender productos en presentaciones grandes. La compra de este tipo de producto es, evidentemente, más cara que si se adquieren presentaciones más pequeñas y desde luego no es recomendable para núcleos familiares pequeños. Pero si esa compra se hace para familias grandes o grupos de pequeñas familias que se unen para la operación resulta que el precio por unidad es significativamente menor. Desde luego que un peligro que hay que esquivar es resistir la tentación que las mismas cadenas proponen para que el cliente compre lo que no necesita.

4 – RODAR CON INTELIGENCIA

Los neumáticos del vehículo son piezas que necesariamente requieren cambiarse cada cierto tiempo (entre 20.000 y 30.000 millas). Uno de los factores que determina el desgaste de estas es la calidad del neumático. A la hora de comprar neumáticos también se enfrenta la disyuntiva entre comprar marcas más o menos costosas. No está de más entonces estudiar la experiencia de los consumidores de diferentes marcas para orientarse y a veces comprobar que comprando la marca más costosa, la necesidad de hacer el cambio también se hace más distante y se produce un ahorro por milla recorrida.

Cuando se habla de algunos bienes que requieren recambio o que administran recursos, es bueno entender el ahorro con una visión de largo plazo que a veces se consigue gastando más hoy para disponer de más mañana.

4 Hábitos para no ser esclavo de las deudas

Endeudarse es parte de la actividad económica normal

Tanto a nivel individual, familiar o corporativo se presentan momentos en que es necesario hacer inversiones, enfrentar una situación inesperada o tratar de hacer realidad un sueño largamente acariciado. Sin embargo, si no se adquieren ciertos hábitos de control, es más que probable que el endeudamiento se convierta en un proceso que esclavice y haga sentir a las personas dentro de un círculo vicioso en el que siempre están pagando y, a pesar de eso, siguen con las mismas deudas o quizás mayores. Un hábito es una conducta repetitiva que se adquiere al comportarse de la misma manera frente a ciertos estímulos. La dependencia de las deudas proviene del mal hábito de adquirirlas sin ningún criterio. Y contra ese mal hábito hay que oponer “buenos hábitos” que lo contrarresten y que eviten las peores consecuencias.

Parte de esos buenos hábitos es:
1.- Establecer y respetar un presupuesto:
Para conseguir esto es necesario llevar un control escrito y detallado de los gastos por un tiempo para establecer en qué áreas se gasta cuál cantidad. Después de establecer los gastos, se puede contrastar con los ingresos y determinar si la situación permite ahorrar y cuánto. Y, finalmente, el sentido es controlar el gasto, por lo que ese presupuesto debe ser respetado al máximo.

2.- Saber diferenciar las buenas deudas de las malas deudas:
Una buena deuda es aquella que, con el tiempo, se convertirá en un activo de valor creciente. Por ejemplo: un crédito hipotecario. Discriminar entre buenas y malas deudas puede ayudar a trabajar a favor de las primeras y evitar las segundas.

3.- Planificar “recompensas”:
De vez en cuando, todo el mundo quiere tener una recompensa extra por su trabajo: un viaje, un auto soñado, un regalo para alguien muy querido (incluido uno mismo) El buen hábito, en este caso, tiene que ver con que por muchas ganas que se tengan, no se debe incurrir en la deuda antes de evaluar si la capacidad de ahorro o lo ya ahorrado lo permite. Diferir la recompensa hasta el momento justo (inclusive se puede planificar un estimado para ese tiempo) puede ser frustrante en el momento, pero evita que el futuro se convierta en una amenaza.

4.- No dejarse hipnotizar por la facilidad de las tarjetas de crédito:
Aunque no hay duda de que las tarjetas de crédito son un instrumento de pago útil, puede ocurrir que la facilidad con la que funcionan cree el mal hábito de usarlas indiscriminadamente y para todo tipo de gasto. Definir el uso de las tarjetas de crédito para determinados pagos y respetar esa decisión es un buen hábito que evitará la sorpresa de que aparezcan en los estados de cuenta esos “gastos que no pueden ser”, pero que son. Lo único que ha ocurrido es que se perdió la sensación de pago.

Usar el endeudamiento adecuadamente es una poderosa herramienta para progresar en ciertos momentos. Pero, el endeudamiento mal utilizado puede ser más peligroso que un gran martillo golpeando el dedo en vez del clavo.

¿Queremos que la esclavitud sea cosa del pasado?

Algunas cosas han cambiado, pero la esclavitud sigue presente

A lo largo de la Historia de la Humanidad siempre ha existido la esclavitud. Una parte de esa misma Humanidad ha sido explotada en condiciones infrahumanas para obtener la mano de obra más barata que existe. Una de las ganancias mayores de los pueblos conquistadores era la conversión del pueblo conquistado en una fuente nueva de esclavos.

Algunas cosas han cambiado, pero la esclavitud sigue presente. Es posible que ahora la esclavización no tenga que ver con procesos donde se utilice la violencia física para atrapar y reducir con cadenas; por el contrario, en estos tiempos los futuros esclavos acuden mansamente al reclamo del crédito para que los sometan con una nueva forma de atadura: LAS DEUDAS.

La mezcla entre las ofertas de facilidades crediticias por parte del mercado y la falta de experiencia de manejo financiero por parte del futuro deudor para controlar sus compras conduce inevitablemente a que este último contraiga DEUDAS. Estas deudas vienen asociadas según contrato a un interés anual, mensual o diario. El deudor, preocupado más por lo que va a adquirir que por lo que signifique eso en su futuro, acepta las condiciones y más pronto que tarde en la mayoría de los casos se encuentra ante una deuda que ha ido creciendo y a la que no puede hacer frente.

Las angustias y las pesadillas de cada noche de un deudor así, equivalen a los latigazos que los antiguos esclavos recibían de sus amos cuando el cansancio o el desmayo no les permitían seguir cargando piedras.

Para librarse de esa esclavitud solo existe un camino: librarse de la deuda.

Pero cuidado: si no tienes claro lo que debes hacer después de cancelar tu deuda, es posible que la libertad no dure mucho y que tu esclavitud no se haya quedado en el pasado. Seguramente volverá y será aún mucho más fuerte.

Ten en cuenta al librarte de tus deudas:

1.- Proponte NO CONTRAER nuevas deudas

Endeudarse es un mal hábito y solo se puede erradicar dejando de practicarlo

2.- No contraigas nuevas deudas ni siquiera para pagar las anteriores

Si te liberas de la deuda actual solo para endeudarte más estás multiplicando el problema

3.- Prepara un plan de pago ventajoso y cúmplelo por encima de todo:

Trata de destinar los mayores pagos posibles a cancelar tu deuda para eliminarla en el menor tiempo posible. Muchas entidades pueden beneficiar con reducción y condonación a quienes demuestran una mayor voluntad de pago. Si no te sientes en capacidad de preparar un plan de pagos real no temas en acudir a expertos ampliamente reconocidos quienes te ayudaran a elaborar, administrar y hasta negociar con los acreedores tal como lo hace el PROGRAMA DEUDA CERO.

4.- No pierdas el rumbo si te llegan recursos extras.

Cualquier ingreso extra debe ser destinado preferentemente a la cancelación de la deuda. Recuerda que solo dejarás de ser esclavo cuando no tengas deudas.

5.- Cumple rigurosamente con los puntos anteriores.

No solo obtendrás el beneficio de liberarte de la deuda, tu autoconfianza aumentará y obtendrás mayor capacidad para realizar tus sueños

ESTO ES LO QUE DIFERENCIA A UN ESCLAVO DE UN HOMBRE LIBRE.

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